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El libro El Alquimista de Paulo Coelho es una de esas obras que despiertan nuestra propia consciencia y que conectan con esa sabiduría interior que llevamos dentro, muchas veces, dormida.
Si aún no lo has leído, te invito a que lo hagas porque de verdad, cada capítulo es una inyección de conocimiento y de reflexión.
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Paulo Coelho, el autor de El Alquimista
Paulo Coelho es un reconocido escritor brasileño que cuenta con varios best sellers aunque probablemente El Alquimista es su obra maestra.
Según nos cuenta Paulo, únicamente tardó dos semanas en escribir la versión original del libro en 1987. Lo hizo tan rápido porque tal como dice él, “El Alquimista estaba ya escrito en mi alma” .
Al principio no tuvo buenas ventas pero hoy día ya se han vendido más de 70 millones de copias y cuenta con el récord Guinnes de ser el libro más traducido por un autor vivo.
Hoy, ha vendido más de 65 millones de copias. Ha pasado más de 315 semanas en la lista de bestsellers del New York Times. Y el libro también tiene el récord mundial Guinness como el libro más traducido por un autor vivo.
El libro está lleno de reflexiones y de lecciones que nos permiten reflexionar sobre nuestro propio camino en la vida. Muchas personas no se dan cuenta hasta que lo leen, que se trata de un libro de autoayuda.
Las tres principales lecciones que sacamos de El Alquimista son:
- Tienes una misión personal que debes seguir si quieres ser feliz y sentirte realizado.
- Tu miedo te está frenando más que cualquier otra cosa.
- El secreto del éxito es caer siete veces y levantarse ocho veces.
Vamos a ver cada una de las tres lecciones principales que nos deja este recomendable libro.
Lección 1: Tienes una misión personal que debes seguir si quieres ser feliz y sentirte realizado.
La historia comienza con un joven pastor español que tiene un sueño que se repite una y otra vez. En el sueño, una voz le repite que debe ir a ver las pirámides de Egipto.
Después de reunirse con una mujer gitana para averiguar qué significa el sueño, ella le dice que para resolver su duda, debería ir a Egipto y comprobar el significado por sí mismo.
Un anciano llamado Melquisedec le dice lo mismo al niño y le añade que ir a Egipto y conocer las pirámides, es su misión personal. Así que el niño pastor, vende sus ovejas y decide emprender su viaje.
A lo largo del resto del libro, se encuentra constantemente con obstáculos para lograr su misión personal. Pero a cada paso los supera para encontrar el éxito y la realización.
La lección que nos deja es que debemos encontrar cuál es nuestra misión personal y decidirnos a ir a buscarla. A pesar de los miedos y los obstáculos que encontremos en el camino, todo el universo conspirará para que esto suceda.
Lección 2: Tu miedo te está frenando más que cualquier otra cosa
Cuando el niño llega a Tánger. Se da cuenta que la cultura, muy distinta a la suya y el idioma, que no puede hablar le juega muy malas pasada. Esto lleva a que alguien le robe todo su dinero y eso hace que se arrepienta de haber emprendido ese viaje y decide regresar a España.
Pero recordando lo que Melquisedec le enseñó, el joven presta atención a los presagios que lo rodean. Vuelve a comprometerse con su misión personal y comienza a trabajar para un comerciante de cristales local.
El niño comienza a hablarle al comerciante de cristales sobre su misión personal y le recomienda que él debería hacer lo mismo, que debe perseguir sus sueños y arriesgarse. Aunque el comerciante siente que debería hacer caso al niño, no se atreve y no le acompaña en su viaje.
El niño pastor, usa el dinero ganado y continua con su viaje a Egipto. Sabe que durante el camino pueden ocurrirle cosas que aun desconoce y reconoce que eso le asusta, pero su propósito es más grande que su miedo.
Lección 3: El secreto del éxito es caer siete veces y levantarse ocho veces.
Mientras continúa el viaje del joven, se encuentra con un inglés que le habla de un alquimista que puede convertir el plomo en oro y durante una parada en el viaje, se conocen.
Ambos conectan muy bien y el niño aprende mucho de la sabiduría del alquimista. Aunque éste también tiene una misión personal y deben separarse antes de que el niño pastor llegue a las pirámides de Egipto
Cuando llega a Egipto, comienza a cavar en busca de su tesoro solo para ser golpeado y robado nuevamente. Enfadado y contrariado, encuentra un hombre que le dice que el también tuvo un sueño en el que encontraría un tesoro debajo de un árbol en una iglesia abandonada en España pero que no se atrevía a ir.
El niño ahora sabe dónde está realmente su tesoro. Regresa a España para encontrarlo en el lugar exacto donde tuvo su primer sueño y lo usa para seguir cumpliendo su misión Personal.
La lección de este capítulo es que aunque en nuestro camino, nos caigamos una y otra vez, siempre tenemos la posibilidad de seguir confiando en nosotros y de volver a intentarlo. Siempre estaremos en el lugar adecuado si somos capaces de levantarnos.
Conclusión del libro El Alquimista
El Alquimista es una historia irreal que bien podría ser cualquiera de nuestra historia real. Todos tenemos unas “pirámides de Egipto” que conquistar y que muchas veces por miedo, no vamos a por ellas. Otras veces en cambio, cuando sí decidimos ir a por nuestros retos nos damos cuenta que no era realmente lo que queríamos, nos frustramos y nos lamentamos del tiempo perdido.
Nos centramos en el resultado en lugar del proceso vivido y eso es un error. Necesitamos una ilusión que nos haga de guía para saber hacia donde ir, pero lo importante es lo que sucede en el transcurso del camino y nuestra actitud a lo largo de nuestra propia ruta.