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Hace 2 años ya de una de las mejores experiencias que he vivido y que ya empiezo a necesitar realizar de nuevo. Cualquiera que haya hecho El Camino de Santiago, me entenderá perfectamente.
Escribo hoy este artículo con la misión de recordarme lo que significó para mí esta ruta por el Camino de Santiago y para motivaros a aquellos que aun no lo habéis hecho.
No voy a dedicar este apartado a contar cuales son las distintas rutas de El Camino de Santiago, ni los albergues a los que acudir, ni que llevar en la mochila, para ello existen muchas páginas que lo harán mejor que yo.
Prefiero hablar de cómo preparar nuestra mente antes de iniciar el Camino de Santiago, porque no estamos hablando de una excursión, sino de varios días de reconexión contigo mismo, muchas conversaciones internas y de hacer un inventario de nuestros valores y prioridades vitales.
Por este motivo es muy importante que El Camino de Santiago lo comiences a “caminar” previo a tu salida y definiendo cuál es tu “para qué” en El Camino, qué te quieres llevar de allí y cuál es la persona que quieres que vuelva.
Ahora quiero contarte cuál fue mi preparación y mi experiencia en El Camino de Santiago, Fue un camino que inicié sólo, y apenas 12 días después y casi 400km andando, lo acabé llevándome muchas personas, grandes experiencias y especialmente, una versión de mí mismo mucho mayor de la que se fue. Todo un éxito personal.
Antes de comenzar ese camino, tenía claro que lo iba a enfocar de forma que pudiese extraer todos aquellos mensajes que me fuese encontrando, abrir mi mente a nuevas causalidades y especialmente reconectar conmigo mismo y “refrescar” mi mentalidad emprendedora.
Fue muy empoderante para mí hacer El Camino de Santiago y junto con mis ganas de compartirlo y mi pasión por escribir (espero que hayas leído alguno de mis libros 😛 ) en cuanto llegué a casa hice un pequeño escrito para compartirlo con todo aquél que quisiera leerlo.
Hoy, quiero rescatarlo y volver a compartirlo con vosotros por lo que he dicho al principio de este artículo, con la misión de recordarme lo que significó para mí esta ruta por el Camino de Santiago y para motivaros a aquellos que aun no lo habéis hecho.
“No voy a contaros cómo es el camino ni que puedes encontrarte allí, para eso deberéis recorrerlo vosotros mismos, sin expectativas, sin prejuicios… lo que quiero hacer es compartir con vosotros aquellos mensajes que yo he obtenido en mi ruta y que me permiten seguir creciendo personalmente.
Algunos de esos mensajes ya los conocía aunque también esos mensajes me han permitido recordar algunas cosas muy importantes que por la rutina, a veces olvidamos. Son 4 mensajes en los que probablemente también signifiquen algo para vosotros así que estoy encantado de compartirlos y que pueda aportar algún tipo de reflexión.
Es una pequeñísima muestra de cómo somos, qué sucede en nuestra vida, cómo afrontamos lo que ocurre, cómo nos relacionamos con los demás y con nosotros mismos.
Lo especial de El Camino, es que a pesar de ser sólo una diminuta parte de nuestra vida, nos permite examinarla con lupa, con presencia, atención, introspección y foco. Esto es una maravilla porque cuando tenemos puesto el foco en algo, no cabe otra posibilidad que alcanzarlo.
Si cuando estaba en Oviedo hubiese pensado en llegar a Santiago de Compostela, probablemente mi cerebro no hubiera estado de acuerdo conmigo y me hubiera saboteado lo suficiente como para no permitirme avanzar. En cambio, si sólo pensaba en mi siguiente destino, etapa por etapa, no había ningún conflicto mental.
Esto le da mucho sentido a mi manera de trabajar con mis clientes a los que siempre les propongo un plan de acción paso a paso, sin olvidar cuál es el objetivo final, pero poniendo la fuerza en el siguiente paso a cumplir.
Al final, se trata de llegar un acuerdo con nosotros mismos, estableciendo un compromiso de cumplir unas pequeñas metas que significan ir acercándose al objetivo general.
Siempre digo que tal como hacemos una cosa, hacemos todas las demás, es decir, tenemos los mismos patrones de conducta en todos los aspectos de nuestra vida, de tal forma que si tienes desordenado tu escritorio, también tendrás desordenada tu mente.
En El Camino ocurre exactamente lo mismo, si somos capaces de ver, cómo afrontamos las situaciones que nos ocurren en El camino, descubriremos también cómo abordamos las situaciones que nos ocurren en nuestra vida cotidiana.
Cómo digo, El camino de Santiago es un espejo, y todo lo que ocurre, nos da la posibilidad de ver qué estamos haciendo bien y qué necesitamos mejorar en nuestra vida.
Las pequeñas cosas suelen ser las que deciden lo que sucede, cada gesto cuenta ¿verdad? Pasamos por alto aspectos tan finos como la linea que separa el éxito del fracaso, el amor del odio, la alegría de la tristeza…
Muchas veces estamos preocupados por generar grandes cambios en nuestra vida, tenemos la sensación de que queremos darle la vuelta a nuestra situación y en la mayor parte de las ocasiones, basta con cambiar una simple pieza, una sutil modificación puede generar el mayor de los crecimientos, una especie de efecto mariposa.
Mi reflexión general es que cada piedra en El Camino, cada flor, cada canto de un pájaro, cada persona, cada sonrisa, cada palabra, cada pensamiento, cada ilusión, cada idea, cada respiración, cada sensación de dolor, cada satisfacción, cada gota de lluvia, cada rayo de sol, cada amanecer, cada atardecer, cada sensación, cada olor, cada trago de agua, cada trago de vino… cada cosa que te encuentras en El Camino de Santiago está cada día en el camino de nuestras vida.
En cada segundo tenemos la oportunidad de absorber todo lo que nos ofrece la vida, lo tenemos todo a nuestra disposición y a pesar de que es algo que ya sabemos, nos empeñamos en no querer aceptarlo.
En el camino de la vida, al igual que en El camino de Santiago, nos vamos a encontrar tanto zonas desérticas cómo manantiales. Esta es la forma que tiene la naturaleza de explicarnos quiénes somos y cómo reaccionamos.
La manera que tiene de enseñarnos a superarnos, así que si tienes problemas con los desiertos, te los seguirás encontrando hasta que los superes… esas son las reglas y eso es el desarrollo personal.
Todo lo que te ha ocurrido hasta hoy tiene un sentido, ¿Sabes por qué? Porque llevas toda la vida preparándote para este preciso momento.”
Ahora, me gustaría saber quien de vosotros ha hecho El Camino de Santiago y qué comparta su experiencia. Y a los que aún no lo habéis hecho, ¡poned una fecha ya en vuestro calendario!
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